La búsqueda constante de la felicidad no es algo necesariamente bueno. Pero, ¿de
verdad puede haber algo bueno en sentirse triste?
Pues resulta que sí. La
tristeza es una de las emociones primarias que todos tenemos y por lo tanto, una función adaptativa de
nuestro cuerpo, entonces ya podemos descartarla como mala.
Cuando estamos tristes podemos tener un periodo en el que nos
sentimos inútiles, frustrados, etc. Después, lo que suele pasar es que
empezamos a dibujar en nuestra cabeza un plan de acción, empezamos a pensar en soluciones para
superar esa tristeza. Si por ejemplo, pierdes tu
empleo, te frustras, te sientes muy mal, pero pasado un tiempo comienzas a
pensar en buscar otro empleo y cómo hacerlo, es decir, empiezas a poner
soluciones para tu situaciones. Por lo tanto, estar triste te hace sentir mal,
pero también te
motiva para que ocurran cambios.
Cuando
estás feliz no percibes que haya nada que tengas que cambiar, así que sigues
con tu rutina, ¿para que vas a cambiar nada, si todo está bien? Estar triste te
hace ponerte las pilas para buscar soluciones cuando ocurre un problema.
Imagina que ocurre un problema, pero sigues en tu estado de felicidad, puede
que busques soluciones, pero seguro que no le dedicas tanta atención como
cuando estás tristes, porque te resultará más motivante el querer salir de ese
estado que te hace sentir mal.
Y es que además de motivarte para realizar cambios, un estado de
tristeza, te hace tener
juicios más precisos. Tus decisiones a la hora de
actuar pueden resultar más precisas y prudentes que cuando estás en un estado
de felicidad, en el cual apenas se perciben peligros. Valoras mejor las
posibles alternativas y prestas más atención a las posibles consecuencias
futuras de cada una.
Otro aspecto beneficioso de mostrarse triste ante los demás, es
que éstos te perciben más vulnerable, por lo que estarán más predispuestos a
echarte una mano, si es necesario. Si tendemos a ir de
“súpermachos” y “súperhembras”, seguramente la gente de nuestro alrededor no se
preste a ayudarnos, porque ven que nosotros solos nos valemos. Ya sabes, no
ocultes que estás triste, porque puedes encontrar apoyos más fácilmente.
En resumen, el sentimiento de tristeza nos hace sentir mal, nos
hace tener una percepción de nosotros mismos en la que no servimos de mucho.
Sin embargo, también favorece
que seamos más creativos a la hora de buscar soluciones, de conseguir apoyos,
de motivarte para persistir en tu tarea.
Pero cuidadín, no te vayas al extremo de estar siempre triste y
ser una persona pesimista y desgraciada. NO. Te recuerdo, que estar siempre triste tampoco es
beneficioso. Si notas que pasas largos periodos de
tiempo triste (esto es relativo, dependiendo de la causa por la que estés
triste), en los que no se te ocurren alternativas para conseguir cambios, ni
tienes motivación para hacerlo, y te aíslas de los demás, entonces estar triste
ya no está cumpliendo su función y sería bueno consultar a un profesional para
que te ayude.
Para terminar quiero decirte, que sea cual sea tu concepto de
felicidad, creo que éste no tiene que implicar dejar de sentir el resto de
emociones. Ese no debería ser tu objetivo, porque como acabas de leer sentirte
triste tiene sus cosas buenas y esa etapa de tristeza, te está ayudando a darte cuenta
de posibles cambios que tengas que hacer. Así
que, no te obsesiones por estar siempre contento y feliz, porque no percibirás
los beneficios que pueden tener el resto de emociones, como en este caso la
tristeza.